El Monte Fuji no es tan solo la montaña más alta (3.776 metros), la más subida y la más representativa de Japón, sino que también es considerada la viva imagen de la buena suerte por los ciudadanos japoneses.
Sin embargo, lo más interesante es que no se trata de un volcán único, sino de parte de un conjunto de 3 volcanes colocados uno encima de otro. El de abajo es el volcán Komitake, el del medio es el Kofuji, y el Fuji es el más joven de todos ellos.
Pese a estar oficialmente considerado como activo, su riesgo de erupción es muy bajo, puesto que su última actividad data de 1708.